En un lugar muy lejano, vivián un zapatero llamado Hans y su mujer Ilse. A diferencia del rey, vanidoso y obsesionado por los zapatos, Hans tenía lugar en su corazón para ser bueno y generoso, aunque sólo le quedaba un trozo de cuero. Una noche mientras Hans dormía, los pequeños duendes le hicieron un magnífico par de zapatos y Hans pronto se los vendió al Rey. Poco tiempo después Hans llegó a ser el zapatero real. Un día por accidente Hans vió a sus pequeños amigos y aprendió que una vez un humano les ha visto, ya no le pueden ayudar más. ¿Cómo entonces iba Hans a satisfacer los deseos del Rey?