“La revolución es un juego al que uno se entrega por el placer que entraña. Su dinámica es la de la furia subjetiva de vivir, no la del altruismo”. Casi medio siglo después, pocas cosas parecen tan lejanas en el tiempo como la Internacional Situacionista y su idea de deconstruir la izquierda. Sin embargo, el actual naufragio europeo expone más que nunca la necesidad de nuevos modos de resistencia frente a las estrategias del mal y su atroz avance.