Excelente documental sobre la primera escena del hardcore punk de Los Ángeles que casi parece accidental. Al visitar Los Ángeles en el verano del 81, el cineasta se da cuenta de que, curiosamente, el punk no parece estar muerto en Los Ángeles, sino que, por el contrario, parece haber un movimiento adolescente masivo. Decide hacer un pequeño documental al respecto. Por supuesto, fue testigo de los pequeños pasos de la escena hardcore. Este es el único documental de la época que no es sensacionalista ni mitificante. No habla con ninguna de las "estrellas" de la escena, sino que sigue a algunos niños suburbanos marginados. Una mirada poco común a una escena autodestructiva y nihilista, donde los motivos principales parecen ser la inquietud y el aburrimiento aplastante. Quizás uno de los poquísimos documentales que le dan a esta época un rostro humano.